En Tenerife, el barraquito es un café cortado largo, con leche líquida y condensada, canela en rama, corteza de limón y un chorrito de Tía María. En Madrid, el carajillo bombón es un café con brandy y leche condensada. En Málaga, el sombra es un vaso con 20 por ciento de café y 80 por ciento de leche. El mundo es ancho y ajeno y, sólo en España, existen 39 maneras de pedir un café. La revelación está en 1001 formas de tomar un café, un ambicioso documental colectivo dirigido por la realizadora Leticia Dolera a pedido de Nespresso. “¿Crowd-documentary? Sí, o también collage audiovisual, porque en este caso la directora no ha tenido que rodar una sola escena”, explicó el diario El País: “El material se recolectó entre mayo y julio de 2013 mediante una convocatoria en la que unos 200 cineastas aficionados (o no) enviaron sus cortos relacionados con la experiencia del café”. El resultado es una película colectiva, poética y emotiva, donde los espectadores podrán maravillarse con el universo del café, tal como le ocurrió a la directora: “Me ha sorprendido descubrir la cantidad de emociones, sensaciones y sentimientos que se generan en torno a una taza de café. Para muchas personas es un placer, pero para la mayoría supone también un ritual muy personal que sólo uno mismo conoce y disfruta”.
