Mientras el protocolo periodístico impone el trillado “resumen del año”, este sommelier de café ® se suma a la convención: entre las ideotas cafeteriles de la temporada (la máquina de vending que reconoce los pasitos del consumidor, la taza que revuelve sola o la tostadora hogareña de granos), se destaca la posibilidad de llevar un barista en el bolsillo. Ya se había explicado aquí la aplicación de Starbucks para el iPhone, pero este año también Italia fundó un imperio romano en el telefonito: gracias al GPS del celular, identifica la posición del usuario en cualquier lugar del mundo y le recomienda el Café Illy más cercano. ¡Cosa ‘e mandinga! Una vez seleccionado el bar, le indica cómo llegar o envía la dirección para encontrarse con un amigo y, sí, tomarse un café: al final de tanto chiche geeky, la experiencia… analógica. La aplicación (“app”, se dice) es gratuita y se baja desde acá.
