Con el triunfo del vaso de cartón sobre la taza, en el mundo moderno se extiende el uso de la manga, ese rectangulito de cartón pensado para no quemarmos, y creado por Starbucks en los ’90 para evitar una demanda en la millonaria industria del juicio. Anodinas, desangeladas y apáticas, las mangas no tenían mucho para decirnos. Hasta ahora. La coquetísima cafetería inglesa Amelie and Friends propone manguitas con mensajes personalizados y casi de superación personal, como el que celebra un alegre despertar o el que reza “demasiado bendito para estar estresado”.
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A la mala onda mañanera, corte de manga
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