Una guerra instantánea: capítulo 1

En algunos países, como la Argentina, el café instantáneo domina el mercado (con marcas como Nescafé, Dolca y Arlistán). En otros países, se considera poco menos que una aberración (bueno, por algo heredé los genes de un príncipe italiano…).
En los Estados Unidos, se acaba de desatar la guerra del instantáneo: con la marca Via, Starbucks lanzó su propia línea de café para preparar (ya ampliaremos), y Nescafé no quiere resignar su porción del mercado y ataca en el que siempre fue el punto débil de la sirenita: el (alto) precio. En un país donde se permite la publicidad comparativa, la superagencia McCann Erickson hace vía pública en Chicago y Seattle (ciudad matriz de Starbucks), con un lema competitivo: “Starbucks hace un gran café instantáneo. Nosotros también. ¿Por qué cuesta un 400% más caro?”. Y mientras repiten que con Nescafé el consumidor se ahorra 380 dólares al año, la comparación se hace slogan: “Starbucks Via, cuatro veces nuestro precio, una porción de nuestro sabor”.