Grumpy: un café y una rapsodia bohemia

En la época del emoticón, la carita enojada del logotipo recibe al amable vecino de Chelsea, siempre correcto, siempre político, y la decoración tranquiliza al que llega con el ánimo sensible: en las paredes, decenas de rostros sonrientes dibujados por escolares y enmarcados en cuadritos, con la dedicación de una obra de arte. En una calle cualquiera neoyorquina, Grumpy (224 West 20th. street, Chelsea), desmiente con la atención de sus baristas la propia definición de su nombre: “huraño”. Dijo el New York Times: “Un negocio de barrio con reputación internacional”. Es cierto. Acá se sirve el espresso más caro de Manhattan (12 dólares la tacita contra los 2,50 de un pocillo común) y el cliente informado pide un flat white, un cappuccino especial combinado con leche espumada y granos de Australia y Nueva Zelanda. Los bo-bos del barrio leen Film Comment o el New York Review of Books en sus mesas y ordenan los cuartitos para llevar: Panamá Don Julián, Las Flores Honduras o Guatemala Aragón. Pura sensibilidad latinoamericanista. Y cuando este sommelier de café empiece su taza, el soundtrack del lugar le regalará el tema para su momento Kodak de la mañana: Rhapsody in Blue, la canción que Woody Allen consagró como himno no oficial de Manhattan, los 16:25 minutos exactos que George Gershwin compuso para acompañar la tacita de un café de película.